jueves, 3 de noviembre de 2016
Por tierra y mar
El gasto, la molestia y el peligro de
viajar. En oriente, donde las costumbres occidentales no
han desplazado los métodos antiguos, el viajar es un gasto alto, implica mucha
molestia y hay un gran peligro. De allí que se haga cuando es absolutamente
necesario. Cuando un viajero sale en una jornada, "debe pagar todas sus
deudas, proveer para los que de él dependen, dar dádivas de despedida, volver
todos los artículos bajo su custodia, llevar dinero y buen temperamento para el
viaje, entonces, despedirse y ser misericordioso con el animal que monta".
El viaje del apóstol Pablo enfatiza las dificultades de viajar en el Oriente. "En caminos, muchas veces,
peligros de ríos, peligros de ladrones. . . peligros en el desierto... en
hambre y sed... en frío y en desnudez" (2
Cor. 11:26, 27). Dondequiera que fuere posible, los hombres deben viajar en
grandes grupos para que puedan ayudarse unos a otros en caso de encontrarse con
ladrones o animales feroces en el camino. El guía no solo debe conocer el
camino, sino especialmente la localización de pozos o manantiales de agua u
otros lugares donde se encuentre agua; así será de gran valor a los viajeros.
Algunas veces dependen de un manantial dc agua. Y luego descubren al llegar que
éste se ha secado. Isaías habla de "manaderos
de aguas cuyas aguas nunca faltan"(Isa. 58:11).
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